Poesías sin rima ni verso, cuentos para niños que no son para niños, ideas frustradas, y gritos silenciosos.

Tuesday 27 September 2011

equilibrista

Avanzaba lento, midiendo cada uno de sus pasos,
cada una de sus miradas que se alejaban de la línea a seguir.
Temía a la multitud, y a la soledad.
Se sentía como un equilibrista de circo,
con sus mallas coloridas y ajustadas.
Como el foco de todas las miradas.
Pero nada distaba más de la realidad.

Él, solo, se enfrentaba a la multitud a pasos lentos,
pero agigantados para él.
Con miradas contenidas pero con curiosidad creciente día a día.
Avanzando sobre la cuerda floja

Monday 12 September 2011

búsqueda

Paseaba por aquella calle, buscando el bar humeante del que tanto le habían hablado.
Estaba tan perdido como está aquel que se pierde entre las líneas de sus propias manos.
Veía ventanas con luz, figuras que se movían al otro lado de la cortina.
Nadie solía pasear en solitario a aquellas horas.
Buscó de nuevo en sus bolsillos aquel trozo de papel con un nombre y una dirección escrita a lápiz. Según el papel estaba cerca.
Pero había un punto que le distraía. Una puerta abierta.
Si sus cálculos no se equivocaban, y podía presumir de que no pasaba muy a menudo,
estaba justo detrás del teatro.
Miradas furtivas a ambos lados de la calle antes de acercarse. Se sentía como un ladrón, como si al acercarse a oír los ensayos estuviera robando parte del arte.
No parecía haber nadie.
Solo cientos de marionetas viejas colgadas de percheros más viejos aún.
Y rollos con decorados de obras pasadas de moda.
Y un tocado de plumas tan cubierto de polvo que apenas se apreciaba su color.
No encontró a nadie que le impidiera avanzar en sus primeros pasos por aquel lugar.
Solo unos minutos más tarde se dio cuenta de que no estaba solo en el teatro.
Una gran voz, potente, interpretando a algún clásico del teatro.
Una voz que daba la vida al teatro.
Los aplausos encerrados en las butacas, las marionetas ciegas y abandonadas.
Un actor solo.
Y salió del teatro. Fascinado. Aterrado de tanta vida abandonada. Cansado de sentirse un ladrón.
Siguió buscando ese bar con olor a tabaco quemado.

Sunday 4 September 2011

piratas

Dos o tres feas cicatrices marcaban  su rostro.
Sus ojos miraban fijamente a un punto perdido del horizonte,
mientras sus manos tanteaban suavemente la madera,
buscando alguna muesca, algún daño.
A su cintura una espada que había perdido su brillo años atrás,
un catalejo ciego, y una bolsa con monedas anticuadas.
Vivía con cientos de manias.
Dejes de quien no ha pisado tierra en mucho tiempo.


Era el último de los suyos,
el último de los bucaneros.
Había pertenecido a nadie, excepto a sí mismo.
Pero alguien parecía pretender apoderarse de él.
Miraba al mar que había sido su vida.
Un mar limpio de barcos en el horizonte.
Y sin embargo, le atacaban.

Tosió, agarrandose con fuerza el pecho,
temiendo que se le escapara la vida si no la sujetaba bien.
Pero algo dentro de él sabía que no sería ese día.
Vería amanecer de nuevo.
Tenía suerte.



http://www.youtube.com/watch?v=e_F_ppp7Ark&feature=related

Saturday 3 September 2011

Futuro

Había soñado con tantas cosas...
que apenas recordaba la mitad.
Primero quiso ser veterinaria,
y después, astronauta,
luego buscadora de pepitas de oro en un río del oeste,
más adelante quiso ser médico,
pero acabó descubriendo que la sangre hacía que cayera desmayada.
Luego quiso ser maestra, hasta que se enteró de que odiaba a los niños.
También quiso ser periodista, pero no de los que escriben en periódicos,
de los que cubren las noticias de corresponsales en cualquier parte.
Luego quiso ser voluntaria para ayudar en países de África,
y tuvo que cambiar de idea por que no tenía los estudios necesarios.
Pensó en ser arquitecta, pero no la gustaban las matemáticas.
Pensó en dedicarse a la fotografía, y su arte no triunfaba.

Había soñado cientos de cosas antes de decidir dar el paso que escribiría su futuro.
Antes de decidir que no la importaba que sus fotografías no fueran buenas,
que nunca diseñaría la casa de sus hijos,
que no cambiaría el mundo,
que no daría la noticia de la paz en aquel país ensangrentado,
ni sería capaz de educar a un premio nobel,
ni salvaría vidas más allá de donar sangre de vez en cuando,
no sacaría para vivir buscando pepitas de oro,
y su vértigo dificultaba el ser astronauta.
No dedicaría su vida a la veterinaria tampoco.

No sería cientos de cosas, pero sería una.
Y salvaría el mundo a su manera..