Las lágrimas no van a poder expresar la frustracion, el cabreo ni la decepción.
Necesito gritar, pegarte, y que finalmente me abraces y me recuerdes que eso no lleva a ninguna parte.
Porque ambos sabemos que tienes más poder de convicion del que dices tener.
Y ambos sabemos que no me abrazarás, que no soy capaz de pegar a tu recuerdo,
y que los gritos serán más silenciosos que nunca.
Así me sentaré hecha un ovillo, y lloraré durante horas, hasta que no me queden lágrimas,
porque no tengo a nadie que me diga:
- Sabes que no merece la pena. Y yo tengo el chocolate.
Porque un recuerdo no es lo bastante convincente.
Y ¿Sabes lo mejor?
Tu peluche ya no huele a ti.
Puedo volver a ponerlo encima de mi cama.
Pero primero tengo que secarme las lágrimas.
Se acerca otro "día de tormenta"
Si hubo una vez alguien del que recibiste un obsequio material, un pequeño objeto, quizá un peluche, lo mejor puede que fuera deshacerse de él. Pues cuando miras a los ojos de ese pequeño recuerdo con pelo y patas, no hará más que venirte el pasado con sus manos largas y arrastrarte a la oscuridad del pasado, hecho que ya no se puede cambiar.
ReplyDeleteY tú tienes que vivir el presente y esperar con ansia en el futuro, un futuro en el que puede que haya alguien esperando a ofrecerte otro pequeño obsequio. ¿Y dónde lo colocarás si ese antiguo peluche está ocupando un lugar de más?
Por el momento es tan doloroso deshacerme de él como verlo en los momentos de bajón.
ReplyDeletePero muchas gracias :)