Arrancaba las hojas del libro que le había prestado.
Era un cuento de Andersen, con unas ilustraciones muy bonitas.
Y ella arrancaba las hojas,
de dos en dos,
ensañandose con los dibujos,
mientras gritaba algo que no llegaba a entender.
Y que a cada palabra le parecía más un idioma inventado.
"It is not as it should!"
Horrorizado,
vio como la niña cogía unas tijeras y un tubo de pegamento que había ocultado con su cuerpo.
Quiso pararla, evitar que el destrozo fuera mayor,
pero no podía moverse.
Ella recortó cada palabra, dandole la vuelta a la historia de la princesa cautiva.
Convirtiendola en una gran guerrera que salvaba a un príncipe.
Indignado, muy cabreado, y aún inmovilizado,
la lanzó el chupete.
Y quería hacerla daño.
Ella levantó la cara, y con los ojos perdidos repitió lo que había repetido antes,
"It is not as it should".
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