¿Porqué a ellos, que no hacían nada?
No reclamaban nada ajeno,
solamente lo suyo,
sus sueldos, sus ganancias.
Y lo reclamaban inocentemente.
Que ya no estaban para ciertos trotes.
Calmados y pacíficos.
Sin pedir de más.
Y cargaron contra ellos,
nada inocentemente.
Y les prohibieron pedir,
y les vedaron reclamar.
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