Se acercó al fuego,
con un pequeño papel en la mano,
un papel arrugado,
desteñido y manoseado,
de haberlo llevado durante un año en el bolsillo,
un papel con un sueño.
Al acercarse al fuego,
una de las lágrimas de su mejilla,
salada y redonda,
perdió su consistencia.
Se secó con la otra mano.
la que tenía libre.
Y tiró el papel al fuego.
Y se alejó con la sensación del trabajo cumplido.
"No va a cumplirse, ¿Verdad, mamá?"
"Quien sabe, es una noche mágica"
"No va a cumplirse"
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