Cualquier sueño puede convertirse en pesadilla,
cualquier sonrisa en lágrimas,
Cualquier beso en una mueca de disgusto.
Por mucho que lo intentemos podemos soñar con princesas,
hadas, duendes, angelitos y bellos y coloridos paisajes,
y todo puede volverse negro, oscuro,
que los duendes se convertan en los monstruos de nuestras pesadillas,
las hadas en genios malvados, los angelitos en demonios, y las princesas en macabros payasos.
Y despertar y que todo sea igual.
Todo lo que aseguramos antes de dormir, con cientos de hilos de sedal, se ha liberado, cambiando.
Y nos dan ganas de ser como la princesa de nuestros sueños,
que tira la corona y huye.
Pero preferimos mantener la corona en su sitio,
respirar un par de veces y volver a atar y sujetar lo que nos pertenece.
No comments:
Post a Comment