No todas las batallas son faciles de ganar,
ni todas las montañas faciles de escalar.
Todo es proponerse coger las raquetas de nieve,
abrigarse, y lanzarse a conquistar la cima del mundo.
Una vez arriba, tras días de esfuerzo, respirar ese aire puro, frio,
que recorre tu cuerpo, y llega a tus pulmones creandote una sensación de frío ardor.
Saber que aun queda la mitad del camino,
pero estas ahí.
Contemplas el mundo segun lo vería un águila,
pequeño y agotador.
Y ahora a emprender el descenso.
Desear que todo fuera tan facil como coger el trineo,
pero en parte, alegrarse de poder vivir lentamente.
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