Poesías sin rima ni verso, cuentos para niños que no son para niños, ideas frustradas, y gritos silenciosos.

Tuesday, 31 January 2012

Huracán

Sabía que debería saborear el momento,
la calma que precede a la tempestad.
Pero no había acabado.
La calma bien podría ser el ojo del huracán.

Cogió un puñado de la arena removida que había a sus pies.
Estaba húmeda, brillante.

Una suave brisa le devolvió a la realidad.
En la calma no hay brisa.
Tenía que hacer algo, pero sin excesos.
No quería acabar matando una mosca a cañonazos.
Algo con paciencia.

Algo como esperar.
Ya huiría después.

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