Y llegó a ese momento,
le costaba soñar,
le costaba sonreir,
le costaba fingir interés en lo más nimio,
y se volvió loco.
Y empezó a saltar en los charcos,
a reir ante situaciones diarias,
a reir a carcajadas.
A responder sin pensar,
y a pensar sin pensarlo.
Y estaba loco.
Tan loco que pasaba desapercibido.
Tan loco que lo único raro en él,
era su sonrisa.
Que preciosidad!!!
ReplyDeleteEs increible fdo..habitación de al lado
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