¿Qué pasará el día que nuestro cuerpo
se rinda, o se canse, y diga "hasta aquí"?
Cuando crea que hemos caido demasiado
que nos hemos levantado en demasiadas ocasiones.
Cuando piense que hemos pecado muchas veces,
muchas más de lo aconsejado,
y que nos hemos reido de ello en excaso.
¿Y si nuestro cuerpo se para?
Como un reloj al que le quedan muchos minutos,
muchas horas y segundos por dar,
pero nada de pila.
Seguiremos queriendo caer, levantarnos,
pecar y reirnos de ello.
Y no tendremos Pilas.
Aunque claro, siempre podemos ser un reloj de cuerda.
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