- No te mereces ni el oxígeno que respiras.
- Bien, haré la fotosíntesis.
- Haz el favor y desaparece, o muerete. Preferiblemente lo segundo.
No comprendía que ella no lo quería en su vida.
Que era un recuerdo del pasado, de un pasado olvidado, de un pasado oscuro.
O simplemente del pasado.
No asimilaba la idea del dolor que causaba cada una de sus palabras.
Como cortes en una piel ya curada de miles de heridas pasadas.
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