Un cartel de cine, de esos luminosos, de los que atrapan la mirada.
De los que te obligan a parar el coche para averiguar de qué película se trata.
Y bajo ese cartel cientos de personas, apiñadas.
Refugiándose de la lluvia.
Un refugio oportuno, y caro.
Varios niños saltan en los charcos,
manchando sus pantalones cortos, calcetines y zapatos,
para desesperación de sus madres.
Y entre ese centenar de personas, sólo dos singulares.
El muchacho que espera a su cita, impaciente,
con una rosa en la mano y las entradas en la otra.
Esperando, impaciente.
"La película empieza en cinco minutos"
La anciana con bastón que empapada,
riñe a los niños por empaparse.
Pero mirando a los críos con sincera envidia.
Una ancina pequeñita, de negro y con un prieto moño blanco.
"os pondreis malos, ya lo vereis..."
Un cartel de cine,
por que no importaba lo que ocurriera bajo él.
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