No había sido un momento tan largo,
como todos los buenos ratos, había sido fugaz.
Había pasado como un parpadeo,
risas, la breve oscuridad de cerrar los ojos,
y todo cambiado.
Cercano, cálido en dosis diarias,
dosis administradas cuidadosamente, como píldoras.
Y tras la oscuridad, no está. Se ha ido.
Una historia tan larga como breve.
Tan suave como áspera.
¿Acabada?
espero que no y sigas publicando mas
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